El llamado municipal local del ciclo Puertas Adentro hizo eco en Martín y Omar 339. El Dr. Alberto Zevallos se abocó desde la articulación de la convocatoria hasta los más ínfimos detalles. La sede colonial abrió sus puertas, haciendo honor a los cincuenta años de su accionar a favor de la comunidad, de sus vecinos.
A pesar de todo
La apertura fue el sábado 20 de junio. Hizo frío, hubo cortes de luz.
Nada de ello fue óbice para no continuar. Primó el esmero, la simpatía y el compromiso por brindar lo mejor. El taller y los alumnos de Enrique Burone Risso secundados por el taller abierto de Aníbal Tuso se sumaron a la luz del sol. En el fondo del parque hicieron arte, o sea magia, que es más o menos lo mismo. Hubo niños y grandes participando, algunos hasta oreando las obras recién horneadas que la inefable y talentosa Maite Stinga regalaba a los visitantes.
En forma permanente -durante los cuatro días del ciclo- los artistas plásticos, el Maestro Juan Carlos Diotti y su discípulo Adrián Marín recibieron a las visitas, mostrando las obras, acompañando, explicando detalles, contestando preguntas. Desde uno de los ángulos del Salón, las obras del recordado Raúl Weihmüller nos acompañaban.
Voces en la galería
Subieron las voces hasta la araucaria. De veras. El Coro del Colegio, dirigido por el Mtro. Leonardo Vinci cantó en la galería del parque de manera exquisita.
El domingo 21, recompuestos los ánimos porque volvió la energía eléctrica, hubo taller con modelo en vivo, experiencia que se repitió al domingo siguiente.
Dibujo, pintura, baile y más
El sábado 27 de junio además del taller de pintura, se bailó folklore en el Salón: los interesados tuvieron oportunidad de contar con una clase abierta a cargo del Mtro. Ariel Bustos.
Mural colectivo
Un pliego de papel escenográfico de más de 5 metros de ancho, pegado en la pared del fondo del salón se ofreció como un gran lienzo para ser plásticamente intervenido.
Empezó Aníbal Tuso, se sumó Adrián Marín, intervino la vicepresidente segunda del Colegio, Susana Villegas, siguió el Mtro. Juan Carlos Diotti, Enrique Burone Risso y perdimos la cuenta.
Los que pasaban ocasionalmente en el recorrido, los alumnos que terminaban sus clases de taller, los asistentes del Colegio -Inés y Victor- se servían las tizas y entusiasmados dejaban manchas, dibujos, gestos, palabras. El papel latía bajo las manos de los participantes. Al otro día, (el domingo 28 de junio) el mural se resistía a batirse en retirada.
La potencia de la música
A las seis de la tarde el ciclo Puertas Adentro terminó.
Pero en la sede del Colegio el mural ya tenía identidad propia y seguía más vivo que nunca.
El Trío Opus XXI invadió la casa con interpretaciones magistrales de obras de Liszt, Mozart, Piazzola. Las teclas del piano y los arcos del violín y del cello hicieron de las suyas.
En puntas de pie y a punta de tiza y pincel, el mural seguía respirando, creciendo.
No hay mucho para explicar: una señora trepada arriba de una silla dibujó en color rosa, en la parte más alta del mural, una balanza de la justicia. Será porque el arte tiene esas cosas, como la de convertir un gesto mínimo y ser capaz de multiplicarlo en materia trascendente e indispensable para vivir. Para seguir pensando. Para seguir participando...
Y cuando pase por la sede de Acassuso 424, levante la vista
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