El progreso de las mujeres y las niñas sigue siendo lento. Quince millones de niñas en edad escolar nunca tendrán la oportunidad de aprender a leer y escribir en comparación con diez millones de niños. La violencia contra mujeres y niñas continúa siendo una pandemia mundial: una de cada tres de ellas experimenta violencia física o sexual a lo largo de su vida. Cada vez sufrimos más violencia.
El progreso de las mujeres y las niñas sigue siendo inaceptablemente lento. A pesar de los avances en la matriculación de las niñas en la enseñanza primaria, 15 millones de niñas en edad escolar nunca tendrán la oportunidad de aprender a leer y escribir en la escuela primaria, en comparación con 10 millones de niños. La violencia contra las mujeres y las niñas continúa siendo una pandemia mundial: una de cada tres mujeres y niñas experimenta violencia física o sexual a lo largo de su vida. Hoy en día, las mujeres ocupan el 24% de los escaños parlamentarios a nivel mundial, todavía a medio camino de la paridad, mientras que la brecha salarial de género se sitúa en el 23%. PHUMZILE MLAMBO-NGCUKA. SECRETARIA GENERAL ADJUNTA Y DIRECTORA EJECUTIVA DE ONU MUJERES.
“Yo opino que…”, esa es la frase permanentemente escuchada cada vez que desde la familia, la escuela, la universidad, el trabajo, la institución hospitalaria, los órganos representativos de distintos estamentos sociales, las reuniones de vecinos, de amigos, de académicos se introduce la conversación sobre la desigualdad de las mujeres con relación a los hombres.
La desigualdad, hoy, no puede configurarse a través de ninguna opinión.
Contamos con datos: los datos pueden lastimarnos o resultarnos indiferentes, podemos también sospechar que son manipulados. ¿Qué porcentaje de esto último le otorgamos a los mismos? La respuesta también puede ponerse en duda.
La desigualdad no es opinable. Opinemos sobre la forma de construir igualitariamente, sobre los mecanismos para terminar con la ignominiosa situación que nos coloca –a las mujeres- entre las más pobres, entre las más violentadas, entre las menos representadas en todos los espacios de poder.
La Agenda para el Desarrollo 2030 para el Desarrollo Sostenible
La Agenda 2030 está comprometida con la igualdad de género y asume los compromisos plasmados en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW). No hay desarrollo posible sin la igualdad entre hombres y mujeres.
Dentro de la agenda se prioriza el seguimiento de los resultados de la implementación de las políticas con perspectiva de género, la confección de estadísticas, datos y análisis de género, disponer en los presupuestos generales las inversiones destinadas a los programas con perspectiva de género, hacer el seguimiento de dichas inversiones controlando la ejecución de los presupuestos, implementar programas para eliminar la discriminación sexista.
La agenda parte de algunos de estos guarismos:
Las mujeres representan el 28.8 por ciento de las personas que se dedican a la investigación científica, el tránsito a la paridad en este sentido es muy lento.
Pobrísimas. Hay 122 mujeres de entre 25 y 34 años que viven en condiciones de pobreza extrema por cada 100 hombres del mismo grupo de edad.
Hasta un 30% de la desigualdad de ingresos se debe a la disparidad dentro del hogar, incluso entre mujeres y hombres. También es mucho más probable que las mujeres vivan por debajo del 50% de la renta mediana.
A nivel mundial, 303.000 mujeres murieron en 2015 por causas relacionadas con el embarazo.
El 19% de las mujeres y niñas de entre 15 y 49 años han experimentado violencia física o sexual por parte de su pareja en los últimos 12 meses.
En 18 países, los esposos pueden impedir legalmente que sus esposas trabajen; en 39 países, las hijas y los hijos no tienen los mismos derechos hereditarios y 49 países carecen de leyes que protejan a las mujeres de la violencia en el hogar.
A nivel mundial, 750 millones de mujeres y niñas han contraído matrimonio antes de cumplir los 18 años de edad y al menos 200 millones de mujeres y niñas de 30 países han sufrido mutilación genital femenina.
Las mujeres y las niñas son responsables de recolectar el agua en el 80% de los hogares que no cuentan con acceso a agua corriente.
Las mujeres tienen hasta 11 puntos porcentuales más de probabilidad que los hombres de padecer inseguridad alimentaria
Las mujeres dedican 2,6 veces más tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres.
Las mujeres ocupan solo el 23,7% de los escaños parlamentarios, un aumento de 10 puntos porcentuales con respecto al año 2000, aunque aún muy por debajo de la paridad.
A nivel mundial, las mujeres representan solo el 13% del total de las personas propietarias de terrenos agrícolas.
Las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de tener un teléfono móvil y su uso de Internet es 5,9 puntos porcentuales más bajo que el de ellos.
Durante los conflictos, las tasas de homicidio y de otros crímenes violentos aumentan de manera significativa. Si bien es más probable que los hombres mueran en el campo de batalla, las mujeres están sujetas a la violencia sexual y al secuestro, a la tortura y la necesidad de abandonar sus hogares.
La República Argentina adhirió a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, especialmente la ODS 5 que refleja compromisos a los efectos de modificar las normas y prácticas que impiden a las mujeres y las niñas ejercer sus derechos.
A poco de analizar si nuestro país cumple con los objetivos que venimos mencionando habría que confrontar las políticas públicas con lo que sigue:
¿ Evalúa los avances? ¿ Establece procesos abiertos, inclusivos, participativos y transparentes? ¿ Se nutre de colaboraciones de otras partes interesadas? ¿ Hace accesibles al público los datos para hacer posible el seguimiento?
Las respuestas parecen ser negativas.
Un dato relevante y contundente. Si bien es cierto que se han visibilizado algunas partidas que en el Presupuesto General para el 2018 no se encontraban visibilizadas, no menos cierto es que, la partida presupuestaria asignada en el Presupuesto 2019 para el Instituto Nacional de las Mujeres (INAM) tuvo un incremento del 11% con relación al 2018, pero teniendo en cuenta la inflación anual sufrida estamos frente a una caída del 18% con relación al año anterior en dicha partida. No vemos cómo podrían incrementarse las políticas públicas necesarias con una disminución presupuestaría de tal magnitud.
Según un informe del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género ( ELA) “… se produjo un retroceso respecto del peso del INAM sobre el total del presupuesto.
Mientras que en 2018 representaba el 0,006% del presupuesto nacional total, para 2019 representa un 0,00005%”.
Conclusión
El Día Internacional de las Mujeres no es un día para festejar.